María nos planteaba que desde hace tiempo practica actividades de montaña: ya que escala como primera de cuerda vías de varios largos, practica alpinismo, esquí de montaña e incluso descenso de barrancos. Actividades que se han convertido en su gran pasión (esto «os sonará» a muchos de vosotros).
Pero le preocupaba no saber cómo actuar en caso que hubiese algún imprevisto que imposibilite a su compañero de escalada progresar en la pared o bien valerse por si mismo para descender.
Dicho planteamiento forma parte de la evolución lógica de todo escalador:
En primer lugar: se busca conocer una actividad. En segundo término: una vez iniciados, pretendemos mejorar en dicha disciplina.
Ya en un tercer nivel: en el caso particular del alpinismo, dado que se trata de una actividad en la que:
– Se utilizan materiales técnicos (muchos de ellos con distintas posibilidades de uso).
– En muchas ocasiones nos encontramos en lugares sin comunicación, por lo que deberemos resolver el incidente nosotros mismos.
– Las maniobras se pueden complicar por roces de cuerda, nerviosismo, etc.
Sumando todo esto, nos encontramos que si precisamos un «rescate», que se define así en la wikipedia; es muy probable que se convierta en AUTOrescate, ya que se tratará de un rescate que se dará en aquellas situaciones en las que no podamos contar con la colaboración de nadie, ya sea durante toda la maniobra o parte de ella.
De tal manera que, durante estos dos días, hemos llevado a cabo juntos un Curso de Autorescate, con un carácter eminentemente práctico y en el que hemos tratado temas como:
Tipos de nudos (los cuales deberemos dominar, si hablamos de autorescate)
Nudos de amarre:
Que son aquellos que nos permitirán «atar» algo o a alguien, ya sea una carga (como un petate o un compañero lesionado) o a nosotros mismos (como cuando nos anclamos a la reunión con la propia cuerda en una Escalada de Varios Largos).
Nudos autobloqueantes:
Se trata de aquellos nudos que se bloquean sobre la cuerda, sin necesidad de acción añadida (es decir: «sin tocarlos»). Normalmente se conocen como medios de fortuna, pero son tanto o más efectivos que los medios mecánicos, siempre y cuando sean utilizados de la forma correcta.
Nudos de unión:
Estos son aquellos nudos que realizaremos con el objetivo de unir cuerdas, o cordinos, etc.
Nudos de fuga:
Se trata de un grupo muy importante de nudos que nos permitirán bloquear temporalmente los dispositivos de freno y aseguramiento (ya sea un freno tipo cesta, un dispositivo de frenado asistido o un nudo dinámico), teniendo de esta forma ambas manos libres (para poder completar una maniobra, sacar una foto sin exponer innecesariamente a nuestro compañero, etc).
Otros nudos:
Como por ejemplo, los nudos que realizaremos en los cordinos para cerrarlos en aro o para confeccionar correctamente reuniones (mediante los triángulos de fuerza).
Bloqueadores mecánicos
Anteriormente hemos visto bloqueadores de fortuna con cordinos (nudos autobloqueantes), pasando ahora a incluir el trabajo con medios mecánicos (algo que no supondrá ningún problema, al dominar ya los medios de fortuna y conocer los materiales mecánicos).
Tipos de bloqueadores mecánicos:
En general, podemos decir que son cualquiera de los dispositivos que se comercializan para alpinismo y escalada, que permitan a la cuerda (o cuerdas en el caso de aquellos que admiten cuerda doble) deslizar hacia un lado y bloquear hacia el lado contrario sin necesidad de aplicar acción añadida. Los dos tipos principales, suelen comercializarse con el nombre de microbloqueadores o de poleas bloqueadoras. También podemos incluir en el apartado de bloqueadores mecánicos aquellos frenos que dispongan de la opción de frenado asistido.
Usos recomendados de los bloqueadores:
Para estos usos, utilizaremos tanto los mencionados como «medios de fortuna» o nudos autobloqueantes, como los bloqueadores mecánicos. En todo caso, nos servirán -por ejemplo- para ascender por cuerda fija o para facilitarnos una transferencia de cargas.
Métodos de ascenso y descenso:
Donde trabajamos sobre las distintas formas de ascender por cuerda fija, cuyas maniobras variarán en base al tipo de cuerda (según estemos utilizando cuerda simple o cuerda doble) y el hecho de que la cuerda se encuentre o no en tensión.
Y las distintas posibilidades para rapelar (en función del tipo de cuerda que dispongamos, el material disponible y si debemos efectuar el descenso con una carga o no).
No olvidamos, por supuesto, las distintas posibilidades de descolgar al compañero; esto es hacerle descender desde un punto a otro sin que él deba realizar acción alguna.
Transferencia de cargas:
La transferencia de cargas es una maniobra que nos permite cambiar un peso, de un dispositivo a otro; en el caso de la imagen siguiente pasaremos la carga de la cesta de freno a un nudo de machard.
Normalmente esta técnica se trata de una de las partes de la maniobra final con la que queremos resolver un problema que se nos ha dado en pared, por lo que se trata de un importante recurso en el autorescate para alpinistas y escaladores.
Paso de nudos:
Esta es una maniobra imprescindible para descender en rapel con una cuerda que ha sufrido un daño, o bien para hacer un rápel en simple con cuerdas unidas (por ejemplo: para poder descender 120m uniendo dos cuerdas dobles de 60m).
Maniobras para el ascenso del compañero/a
El dominio de estas maniobras, nos ayudarán a resolver situaciones diferentes en pared y en ocasiones nos facilitarán una tarea o, simplemente, nos permitirán continuar con la actividad.
Ayuda a la progresión y contrapeso:
Las utilizaremos en el caso de que nuestro compañero no sea capaz de escalar un tramo de una vía.
Polipastos:
Que nos serán de gran utilidad si se nos plantea tener que izar una carga pesada (p.ej: un compañero herido que no puede colaborar, o un petate con material, comida y bebida para pasar dos noches en pared).
Acceso hasta el compañero y descenso conjunto:
Maniobra que nos resolverá la situación de descender hasta la reunión inferior (o en su caso al suelo) a un compañero que, por el motivo que sea, no puede continuar.
En el caso de que nuestro compañero no pueda colaborar en nada, deberemos realizar este tipo de descenso, ya que al encontrarnos junto a él en todo momento no dejaremos a su responsabilidad ninguna de las partes de la maniobra.
A modo de conclusión: Tras la finalización de los dos días de formación y práctica, nuestra compañera nos aseguraba que dominaba todas las técnicas tratadas y sus posibles combinaciones, y además se siente capaz de resolver las situaciones normales que puedan plantearse en sus actividades de montaña.
En palabras de María: «estas son maniobras que todo escalador debería conocer, incluso debería ser obligatorio».
Para ver estas y otras fotos a mayor calidad, utiliza el siguiente enlace:
Curso de Autorescate (Recursos para Alpinistas y Escaladores)
Si quieres conocer todos los detalles de nuestro Curso de Autorescate.
¡Anímate!, seguro que has pensado varias veces hacer una formación de este tipo y aún no te has decidido. No te defraudaremos.
En caso que necesites completar información, consúltanos sin problemas. Contacta con nosotros mediante este formulario: